Ayer la risa se vistió de luto, eso dijeron.
Cuando me enteré que partiste cayó una lágrima sobre mi alma de tinta y papel.
Entonces recordé mi infancia de la mano de la radio, recordé mis ganas de salir a la siesta para ejercer el arte de la travesura.
Me dio por pensar en las palizas bien ganadas a fuerza de romper objetos valiosos, molestar parientes, despertar vecinos y lastimar amiguitos.
¿Cuál era la alternativa cuando me privaban de toda diversión?
Es sencillo, antes de esa hora mágica debía asegurarme una revista de historietas; Patorucito, Isidoro, El Tony, D`Artanan, ¡que se yo! cualquiera de esos.
Nunca los viejos lograban encerrarme. Como un antiguo conde me quedaba soñando con la libertad y viajando en ancas de caballo del Cabo Savino o llegando a las estrellas con Flash Gordon o descubriendo espías con Dennis Martin.
Despues, de grande, me quedó el vicio y nunca más deje de leerlas. Luego se llamaron comics, pero para mi siempre fueron historietas.
¿Cómo no querer ser Boggie alguna vez?
¿Cómo no verse reflejado en el gaucho Inodoro?
¿Cómo no querer sacudir a mi perro para que alguna vez hable y me diga -"negociemos Don Inodoro"?
Te fuiste, muchos anhelan que donde te encuentres haya fútbol y que Rosario Central sea eternamente campeón. Yo te deseo un lápiz y un papel y también quisiera saber que si hay siestas puedas seguir escribiendo para volar con vos cuando allá arriba los viejos no me dejen salir a jugar.
por José Luis Arias
1 comentario:
Entristecida por su partida agradezco el recuerdo a quien nos supo reflejar con el trazo de su pluma y el acertado humor, sin herir suceptibilidades ni faltar al respeto.
De seguro Inodoro le prestará a su Eulogia para que siga tomando algun lavado...
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